Mónica

En medio de un maravilloso bosque de alcornoques y a medio camino entre Grándola y Comporta, es una casa de campo con una cocina-sala de estar enorme y muy acogedora, y un porche en el que apetecería quedarse a vivir. La casa está cerca de la playa y muy bien situada para conocer la zona. Y Miki, el anfitrión, es un una persona llena de iniciativa, gran conocedor de todo el área y un excelente conversador. Fue un placer para nosotras conocerlo, disfrutar de su hospitalidad y de los productos de su huerta.